domingo, 27 de noviembre de 2011

Discurso 4°M

Discurso que tuve el honor de redactar para mi curso, egresados promoción 2011.







Bueno, ha llegado el momento, aquel preciso instante en que el adiós es definitivo, y  que por última vez  la reunión del curso se hace de manera uniformada, ordenada, y con todos presentes.
El tiempo se fue volando, los años fueron pasando y el curso fue variando. Hoy, viendo en retrospectiva, no puedo creer que esto vaya a terminar. Parece que fuese ayer, cuando nos mandábamos mensajitos secretos en el buzón de la Miss Maggy en cuarto básico,  o cuando íbamos a patear las enredaderas para que cayeran al suelo las chinitas, y jugar con ellas. Cuando el curso se dividía en dos en los recreos, y los hombres siempre terminaban pillando a las mujeres, o cuando sufríamos con las interminables pruebas del Teacher Eduardo, tan largas como sus actos. Cuando éramos pequeños e inmaduros, o bueno, más inmaduros que ahora.  Cuando aún nos quedaba un largo camino por andar, con caídas, con risas,  con problemas y con soluciones, pero por sobre todo, con aprendizajes.
Crecimos al compás del tiempo, y descubrimos que el colegio no sólo es para hacer tareas, sino también amistades,  aquellas relaciones que sueñas con mantener por siempre, y que, estoy segura, así lo haremos. Gracias al aporte continuo de todos y de cada uno fuimos conocidos como un curso unido, organizado y aquel con el que siempre se podía contar.  Muchas veces nos caímos, lo aceptamos, pero el cariño y el apoyo interno se mantuvieron firme, de pie. Terminamos siendo un curso especial, aquellos sin precedentes, excepcionales si lo deseábamos, y completamente desordenados en otro momentos.
A lo largo de los años fuimos cambiando, unos más que otros, pero eso no quitó que hasta el último día los niños continuaran jugando y divirtiéndose, tal vez ya no con cartas y tazos, sino mas bien corriendo tras el balón en basquetbol,  o simplemente creyéndose rockstars.
De esta manera, y más que un juego,  se unió a nuestra familia curso una mujer sensible, ruda, curvilínea y muy rítmica,  que llenó con su voz la sala en más de una ocasión. Fiona, la querida guitarra del Rodrigo, es aquella que, gracias al talento del músico, transformó nuestra vida en película, con el eterno soundtrack que nos entregaba. Es en esta vida de película, que en las últimas dos tomas, en las últimas dos escenas, nos llenamos de buenos recuerdos, y trasformamos los últimos dos años de colegio en toda una aventura.
En tercero medio, muchas personas marcaron nuestro camino, nuestra vida. El Teacher Francisco, mejor conocido como Zeus, por ejemplo. Aquel profesor que aparte de enseñarnos el conductismo, aquella rama de la psicología que estudia la conducta animal, y explicarnos el famoso experimento del perro de Pavlov, nos enseñó que una despedida, no significa el adiós.  Christopher, que con su extrovertida simpatía, su carisma y sus ganas y motivación para hacer las cosas, se ganó merecidamente el premio al “mejor compañero”, el mismo que tantas veces nos hizo sospechar que poseía ciertos poderes y facultades, que nadie más tenía.
En ese mismo año, dos hechos en particular fueron los más relevantes. Uno ocurrido alrededor de Septiembre, bajo el amparo de campanita y cosmo, donde todos aprendimos a ser excelentes perdedores, cuando ganando toda la semana de alianzas, y supuestamente con el CAAP de nuestro lado (JA…), el computo final nos indicó nuestra derrota.
El segundo, y, personalmente encuentro que el más importante, fue nuestro fabuloso Viaje de Estudios, actividad mayoritariamente posible gracias al constante mensaje de Paula, nuestra tesorera, diciendo “paguen las cuotas” a cada momento. Si bien son muchos y variados los recuerdos de la ocasión, existe un factor común que los une, una no muy famosa canción, pegajosa y movida, que cada vez que escuchamos sus versos decir “hasta abajo”, inevitable es recordar la experiencia, los lugares, el canopy, los hoteles, la cabalgata, las discos, los polerones, los chocolates, el bus, al Robi nuestro guía.
Con esa hermosa oportunidad que nació gracias al aporte de nuestros padres y nuestro trabajo, terminamos el año con muchas expectativas de lo que se venía y más unidos y felices que nunca.
Algunos se quedaron en el camino, pero la mayoría pasamos a 4°, nuestro último año, el final del proceso escolar. Así como unos se fueron, otro compañero llegó.
Sebastián Anabalón, mejor conocido como seba, shua, shiashua, boomshakalakashua o shiashuiya, quién rápidamente se integró, y aportó al curso su compañerismo y espíritu solidario.
Cualidades fuertemente arraigadas en el grupo, que nos ayudaron constantemente a la realización de actos y actividades.
Cualidades que nos llevaron a la victoria este año en las alianzas, bailando y jugando con los YANKEES.
Cualidades que le faltaron a la Luci, aquella vez en que, luego de una de las embarraditas del electivo de historia, a la menor presión delató a sus compañeros, cómo al Eric, autor de la mayoría de estas, tanto en el ya mencionado ramo, como de manera más… independiente, pero siempre mostrando su sincero arrepentimiento cuando era descubierto o retado, diciendo el ya clásico “perdón miss”. Aunque hubo una vez, en la que nadie, ni siquiera él, se arrepintió.
La fuga, la famosa fuga. Fue, sinceramente, LA RAJA. Creo, y espero que me apoyen, que la mejor parte de todo fue simplemente fugarse. Ah, y la canción del ringstone de la Javi también, cómo olvidarlo.
Y eso fue nuestro paso por el colegio. Son esos los recuerdos más importantes de estos años, lo que fuimos, lo que somos, todo gracias a la compañía, el apoyo, el cariño y los valores que rescatamos de nuestros padres, apoderados y profesores.
Gracias de todo corazón por su paciencia, por su entrega, por su compromiso y por su vocación, especialmente a nuestra querida Miss Pato. Gracias Miss por las risas y los retos, por el amor maternal que nos entregaba cada día, cada clase o actividad, por su simpatía y carisma, por su compromiso con el curso. Gracias por estar siempre ahí. Gracias por ser nuestra profesora jefe.

Ahora nos queda avanzar, seguir creciendo y aprendiendo, de diferentes maneras y ya no todos juntos, moviéndonos en nuestro destino, manejándolo y convirtiéndolo en la vía de nuestros sueños y metas. Cambien siempre, manténganse dinámicos, que la vida no los pille ni un segundo insatisfechos con lo que hacen, y conserven en su corazón y mente todos los recuerdos, todos los valores, todos los buenos momentos que el colegio les entregó, durante los mínimo 12 años que duró. No se preocupen de que el camino sea difícil, porque lo más probable es que lo sea. Ocúpense, actúen, hagan de él un instrumento para llegar a dónde quieren, y alcanzar lo que desean. Que los obstáculos no los bajen de su optimismo, ni los hagan sentir derrotados. Espero que siempre escojan lo que significa más para ustedes. Que muestren al mundo el calor de su sonrisa. Que siempre perdonen y no se arrepienten. Que ayuden a alguien en cada oportunidad que tengan. Que sigan adelante, siempre superándose, y buscando cada día fomentar su felicidad. Que nunca miren atrás, pero que no olviden a todos los que los aprecian, en el lugar que dejaron.
Les deseo lo mejor en lo que viene.
Los adoro.




EB.-*

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