Oda al Lapiz

Lápiz, oh lápiz
sacrificado y eficaz
cumples tu misión
cada día,
al igual que el guerrero,
entregando tu sangre,
plasmando en un papel
mil historias.
mil secretos.
Oh lápiz
que yo de niña te vi
como amigo y compañero,
hoy admiro tu entrega,
tu complicidad y tu confianza.
Oh lápiz
¡si pudieras hablar!
¿que historias nos dirías?
Amigo mio,
sabes bien
que no te malgastaré,
sabes bien
que te cuidaré,
pues sin ti
nada soy.
Cuadernos vacíos,
pruebas intactas,
quedarán aquel día
en el que el destino
triste y sin sentido
nos separe
y te lleve a escribir
una última prosa,
una última oda.
Cada día te buscan
mis atrevidas manos
en los rincones de mi estuche
esperando, revolviendo,
por encontrar tu silueta
entre decenas
de otros como tú.
Solo tú,
con tu punta fina,
cómoda y suave.
Solo tú,
con tu ergonométrico
cilíndrico cuerpo.
Solo tú,
si, solo tú lápiz mío,
puedes ser tan buen artista
para aceptar
mis ideas como tuyas
y escribirlas sin dudar
tan solo guiado
por mi pensar
y por mi deseo
de contigo escribir
hasta el final.














MJ.-*